Hola Dios, te escribo públicamente hoy para decirte que estas conmigo hoy y acá. Aquí y ahora.
Que tu nombre es sagrado, si, pero no como el judaísmo me lo enseño. Y por eso mismo si se puede escribir tu nombre completo, porque todos tenemos que ver cada letra de tu nombre. Para poder pronunciarlo correctamente y saber a que nos referimos cuando hablamos de vos.
Dios, mi querida querido Dios, nombre propio con mayúsculas. Dios de forma de humano hermafrodita, con cara de humano o cara de gato.
Dios, uno de nuestros pares, que nos recuerda de donde venimos, de la dualidad sexual y el mundo animal.
Dios, vamos que me voy a bañar.
Empecemos, sigamos el día.
Estoy preparada, me estoy preparando, para lo que tengas hoy para mi, lo mismo va para vos universo. Lo mismo va para vos Gabriela Rubinsztein. Lo mismo va para mi.
Lo mismo va para todos.
