sábado

Todo sería más fácil en Hawai

Había algo de salvaje en él que me hacia pensar que mi confusión no era mía. Pero si.
Y que difícil es despedirme de vos. Porque cuando intento despedirme de vos es despedirme también de todos los otros.
Todos me aparecen en ese momento y yo intento mirarte y están todos. Y se me aparecen como una imagen muy clara. Un pasado muy claro que es presente y no puedo dejarlo ir. Y dejarte ir y decirte gracias y decirte adiós. Porque hay una parte de mí que te ve y te quiero cerca y quiero que te quedes a dormir en mi cama y no te lo digo.
No soy tan cínica. O no soy lo suficientemente cínica, no se. Pero de repente te vas, así como por impulso llegaste cuando no te esperaba.
Te vas. Y no tengo otra opción que verte ir. Aunque no quiera. Aunque quisiera decirte quedate conmigo esta noche, aunque en realidad no quiera estar con vos. Y después me quedo por demás excitada por no haberte dicho que si a tener sexo. Pero otra parte me dice ¿sexo, con vos, para qué?. Si no es verdad que quiero que seamos amantes o algo parecido a eso. Y es muy claro. Si, confuso. Pero es muy claro. Es muy claro que te vas y te estas yendo. Y que no puedo moverme o decirte que no lo hagas. Que quizás podemos hacer otra cosa. Alguna cosa que nunca hicimos, como irnos a Hawai y tener una nueva vida. Una vida bajo las palmeras y la arena caliente que nos toca los pies. Y también la sensación es húmeda, porque el calor nos humedece. Y ahí estas vos besándome los labios, y no quiero que te vayas. Acá o en Hawai me da lo mismo. Acá sobre todo, es más difícil dejarte ir.
Si estuvieras en Hawai seria más fácil.
 Todo seria más fácil en Hawai.