Hay algo que me falta que no está en mi. Eso es lo más gracioso. No está en mí pero tampoco está en vos.
Es como si tuviera que venir desde mí para estar en mí pero no lo está.
Y esta es la parte en que me siento un escritor de medio campo, de auto ayuda, un tipo venido a menos, un escalón sobrante, un desmayo que nunca sucede.
Y eso que me falta me sigue faltando y no se que es. No se quién es. No se que quiere. ¿Y para qué?.
¿Para qué necesitaría algo que me falta que no se que es?. ¿O es que acaso esto habla de nuevo de la insatisfacción de la humanidad?. Sea mía o de cualquiera, es un ejemplo.
Un ejemplo sobre lo que no se, sobre eso que falta que no se. Pero eso que hace que no me sienta completo.
¿Y que es sentirse completo? ¿Y que es sentirse vacío?.
Es raro, porque para sentir el vacío alguna vez habría que haber sentido lo completo y al revés.
¿Entonces de qué estás hablando?, de qué estoy hablando, quiero decir.
En realidad no me falta nada. Tengo todo. Porque cuando no tengo nada, tengo todo.