jueves

al lado del puerto, la puerta

Estoy en tierra firme.
Siempre me pregunté como es que cuando una persona se va de viaje lo primero que hace es conectarse a una computadora y de repente acá estoy, llegada a destino y con Ofelia en una habitación (mujer que todavía no conozco).
Ofelia claramente por el nombre me hace recordar a la misma Ofelia de Gualeguaychú (lugar del que ya contaré alguna vez también).
Será la necesidad de contarle al mundo un poco de algo de uno.
Recién comienza mi viaje, aunque un poco comenzó ayer desde que ya sabía de su existencia.
Llegue a la terminal y tenía muchas opciones, entre las cuales no estaba incluido tomarme un taxi. Cuando vi la posibilidad de la mesita de informes, un muchacho muy amablemente me indicó que podía tomarme el 511 y que iba a dejarme a 10 cuadras aproximadas.
Pensaba que en estas situaciones en las que una mujer, sola, caminando con un bolso dan a pensar a los demás que se trata de una persona (hembra en este caso) que esta viajando consigo misma.
No falto tiempo en que se me acercara un macho x a hablarme.
Cuando caminaba (antes de que se me cruce el macho x) pensaba en que en el secreto estaba en manejarse como si uno supiera por que calles va o como si hubiera vivido en ese mismo lugar cuando era chico.
Primero me pregunto algo que no entendí y después de repetirlo 3 veces le respondí que de Buenos Aires aunque había vivido un tiempo acá cuando pequeña.
Surgió un mini dialogo en los que siempre cuando no conozco al otro me tomo el atrevimiento completo de ser completamente sincera inclusive a veces un poco dañina, no a propósito, si no que me siento libre de ser, en la circunstancia en la que hablo con un desconocido.
Después de que me preguntó mi nombre y le respondí Violeta, le pregunté si siempre era de levantarse minitas cuando caminaba por la calle. Se rió, se que puedo ser muy graciosa y mala onda al mismo tiempo. Me pidió el teléfono fácil 5 veces con lo que se volvió muy insistente y se lo hice saber. Se justificó diciendo que era taurino, cosa que lo hizo quedar más idiota porque yo también lo soy.
En fin, me siento en mi salsa, recién llegada y sin planes. Los únicos planes son que ya tengo un lugar donde quedarme que es como una casita compartida en la que vivo con Ofelia a quién en algún momento tendré el agrado de conocer o no y quizás alguna vez vayamos a la playa en maya (me gusta escribirlo así).
En este momento tengo idea de desconectarme del plano virtual y conectarme con el real y natural. Bajo ningún efecto de nada solo el de estar presente en el aquí y el ahora.

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